El impacto de la nevera de vasijas en las
vidas particulares es abrumador. “Los agricultores ahora son capaces de vender
según la demanda en vez de vender apresuradamente por el estropeo,” comenta
Abba, “y los niveles de ingresos han aumentado notablemente. Las mujeres
casadas tienen también un importante papel en el proceso, ya que pueden vender
desde sus hogares y superar su antigua dependencia en sus maridos como únicos
proveedores.”
Sucesivamente y, quizás más significativamente para el avance de
la población femenina, el invento de Abba libra a las niñas de tener que vender
comida a diario. A cambio, ahora son libres de asistir a la escuela y el número
de niñas que se apuntan a los colegios de primaria de las aldeas está
creciendo. Estos factores, junto con el efecto que ha tenido la nevera de
vasijas en el freno de enfermedades, están, en palabras de Abba, haciendo de la
nevera de vasijas una solución tangible y muy interesante para varios problemas
locales.” Bien conocido por su dedicación, también se elogia a Abba por su
preocupación por el desarrollo social y económico de sus compatriotas
nigerianos. “El Sr. Abba se interesa por el progreso de la sociedad en
general,” dice Dña. Hadiza Abdulwahab, presidente de la asociación local
Sociedad por la Emancipación y el Desarrollo de las Mujeres.
La secretaria
permanente del Ministerio Estatal de Asuntos de la Mujer y Movilización Social,
Dña. Rabi Umar, está de acuerdo. Cree que Abba ha realizado un esfuerzo
desinteresado e incansable para que su proyecto triunfase. Resumiendo su
trabajo, expresa: “El proyecto de la nevera de vasijas es el primero en emplear
soluciones culturales sencillas dirigidas a las necesidades primarias de la
población rural del norte de Nigeria, para la cual las necesidades básicas de
vida son casi inexistentes.”
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