martes, 14 de junio de 2016

INSPIRACIÓN PERSONAL

En el marco de una nación económicamente apurada que afronta diversos problemas de comunicación, de transporte y de atención social, Abba se propuso intentar y ayudar a mejorar la debilitada economía. En 1990 pasó a ser profesor de estudios empresariales en la Politécnica del Estado de Jigawa en Dutse. Cuando no da clase, Abba hace de asesor en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Jigawa, organizando actividades para la comunidad y dando seminarios. Defensor incondicional de los derechos de las mujeres, es también consejero para el Ministerio estatal de Asuntos de la Mujer y Movilización Social. Estas asesorías pusieron a Abba en estrecho contacto con las comunidades rurales, donde observó los verdaderos apuros sufridos por los agricultores de subsistencia y sus familias. “A través de estas observaciones, me sentí motivado para revitalizar el uso de la  vasija de tierra y aumentar la duración de los alimentos perecederos”, explica.

Haciendo vasijas de barro en el poblado de Auyakawa, al norte de Nigeria. ©Rolex / Tomas Bertelsen Patuhu Mohammed sostiene espinacas africanas recién cortadas. Las primeras pruebas del sistema de vasijas se realizaron con éxito. Las berenjenas, por ejemplo, se mantuvieron frescas durante 27 días en vez de tres, y los tomates y pimientos duraron tres o más semanas. La espinaca africana, que se suele estropear al día siguiente, permanecía comestibles tras 12 días en las vasijas. El emprendedor profesor refinó persistentemente su invento durante dos años entre 1995 y 1997. Entonces aprovechó la numerosa mano de obra de los desempleados locales y contrató a fabricantes expertos de vasijas para producir el primer lote de 5.000 unidades. Al producir estos artefactos a costa propia, comenzó a distribuirlos gratuitamente en cinco pueblos en Jigawa. Para esta fase inicial de su proyecto, recibió limitados apoyo financiero de su hermano y ayuda para el transporte, carburante y mano de obra desde el PNUD, el gobierno regional, un grupo de desarrollo de mujeres de la zona y de la Politécnica del Estado de Jigawa. En 1999, Abba proveyó a otra docena de pueblos de 7.000 vasijas, de nuevo a costa propia. Con unos precios de 2$ US para las vasijas pequeñas y de 4$ US para la versión grande, el sistema de vasijas permanece asequible, mientras los ingresos de las ventas ayudan a financiar los costes de fabricación y distribución.



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