martes, 14 de junio de 2016

PASAR DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA






Aún, entre todos los artilugios similares y jarrones de enfriamiento tradicionales, no hay nada como el sistema de vasijas con su combinación única de sencillez y  efectividad. De hecho, el proyecto del profesor nigeriano muestra cómo, para los Premios Rolex, la originalidad está por encima de una brillante idea – esto se refiere a la conversión de una inspiración en un logro concreto con un impacto considerable.


“Mohammed Bah Abba ganó el Premio Rolex no sólo por el diseño del sistema de vasijas. Superó obstáculos de producción y distribución del mismo y, además, aseguró que puede ser adquirido por un precio asequible para la gente que lo necesite” comenta Rebecca Irvin, delegada de la Secretaría de los Premios Rolex en Génova. Para entender la relevancia del proyecto ganador del Premio Rolex de Abba, es necesario observar la geografía del norte de Nigeria y la vida restringida que lleva la gente. Esta región es ante todo una tierra inhóspita semidesértica y habitada por una enorme población agrícola, de la cual la mayoría vive en la mísera pobreza. La poligamia es el rasgo predominante de la estructura familiar, y las mujeres, que viven en purdah, son confinadas en sus casas y tienen graves impedimentos para la atención sanitaria. Las jóvenes especialmente están esclavizadas porque son obligadas a salir cada día y vender rápidamente la comida que de lo contrario se estropearía, con el fin de aportar al precario ingreso familiar. Un motivo clave para el éxito del sistema de vasijas es la ausencia de electricidad en la mayoría de las comunidades del norte rural, por lo que sin electricidad no puede haber refrigeración. Incluso en las ciudades el suministro eléctrico es irregular. La mayor parte de los pobres allí ni siquiera pueden pagar un frigorífico.

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